09 agosto 2022
Updated 25 enero 2023
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El LegalTech ha irrumpido de lleno en el ejercicio de los servicios jurídicos en los últimos 3 años. Específicamente, a raíz de la situación social en la que las gestiones en remoto eran una necesidad imperiosa y sin la posibilidad de acudir personalmente a un despacho, oficina o juzgado, la tecnología aplicada al derecho ha jugado un papel decisivo.
El término se ha venido conformando a medida que han surgido tanto startups dedicadas al desarrollo de aplicaciones informáticas y soluciones tecnológicas como despachos que han ido demandando determinados casos de uso para hacer frente a la situación actual y dar un mejor servicio a sus clientes.
Los profesionales del derecho han encontrado no sólo una solución a sus problemas más acuciantes en determinadas circunstancias sino también un aliado para ser más productivos y poder atender más casos sin estrés adicional o grandes costes.
Es difícil encontrar una única definición para el término, pero podemos hacer un resumen para concluir que el LegalTech es la utilización de los desarrollos tecnológicos más innovadores para diseñar soluciones adaptadas y útiles para el área de los servicios jurídicos, el compliance normativo y el derecho en general.
Es un concepto que nace de la unión de las palabras “Tecnología” y “Legal”. La historia de este área comienza en la década de los 70 con los primeros dispositivos de consulta telemática de jurisprudencia. Sin embargo, no se ha empezado a consolidar hasta ya muy entrada la segunda década del siglo XXI.
Su impacto puede verse en distintos tipos de organizaciones, en función del tipo de profesional del sector o según el caso de uso que está resolviendo. De esta forma, podemos decir que, a grandes rasgos, hay varios niveles en los que el LegalTech está impactando:
Otros autores han categorizado las modalidades del LegalTech desde una perspectiva diferente, dividiendo este concepto en subáreas más concretas y pormenorizadas que recogen también los tipos de negocio surgidos gracias a la expansión del área:
Con el tiempo, y como veníamos comentando, en los últimos años, se ha ido configurando un ecosistema LegalTech donde cada tipo de negocio o institución ha tomado un lugar concreto dando respuestas específicas y especializadas a determinados aspectos dentro de los servicios jurídicos y el ejercicio del derecho.
De esta forma, podemos dividir a la tecnología legal en las siguientes siete principales áreas:
De esta forma, el LegalTech ha desarrollado softwares y servicios online en diferentes formatos para transformar por completo la forma en la que se ofrecen los servicios jurídicos. Las modalidades habituales se han visto afectadas por el contexto social y económico actual y han atendido las necesidades de los clientes de hoy en día, más exigentes y con la necesidad de operar en línea.
Por otro lado, la aceleración de trámites es necesaria tanto para la administración pública y el correcto funcionamiento de la justicia - algo que se ha visto impulsado por la adopción y consolidación del GovTech - como para los despachos de abogados que ofrecen servicios tanto a compañías como a particulares.
A priori, podría pensarse que el LegalTech es únicamente la aplicación de una solución digital a un caso de uso de la industria. Sin embargo, hemos visto cómo esto no es así. Este área se ha compuesto por una serie de empresas, compañías proveedoras de servicios y tecnologías y clientes que actúan como partes de un todo.
En este sentido, podemos destacar el surgimiento de startups innovadoras que se han adelantado a las necesidades del sector, proponiendo innovaciones y siendo pioneras. Esto es así dada su base tecnológica. Es decir, empresas que no tenían relación con el sector jurídico empezaron a moldear su tecnología para aplicarla a éste.
Sin embargo, también se han dado otros dos casos: grandes empresas y reputados despachos del sector que o bien han desarrollado de forma interna soluciones (con más o menos éxito) o que han acudido a consultoras tecnológicas especializadas para desarrollar las tecnologías que necesitaban.
Esta segunda versión ha supuesto costosos proyectos dilatados en el tiempo que han llevado en algunos casos a ineficiencias y problemas de gasto. Por eso, el LegalTech puro se basa en el formato SaaS y PaaS. Plataformas y servicios digitales de pago por uso en el que los despachos y profesionales del sector no se “hipotecan” al encargar a un estudio digital el desarrollo de una solución para ellos.
Con base en el concepto de escalabilidad, ahora podemos ver propuestas en las que los despachos de abogados y otras empresas de los servicios jurídicos hacen uso desde el primer momento de la mejor tecnología pagando únicamente por cada operación realizada.
El RegTech y el LegalTech comparten tanto tecnología como como trasfondo profesional. Ambas áreas están lideradas por profesionales del derecho, pero tienen objetivos distintos. Mientras que las soluciones Legal Tech apoyan a abogados y equipos legales en los litigios, casos, operaciones judiciales y actividades relacionadas, el RegTech se encarga de que la actividad de una empresa, organización o institución - el core business de su funcionamiento - esté libre de riesgo y sus procesos cumplan con la normativa aplicable en la industria y mercado.
Esto último se consigue a través de la automatización de procesos clave en los que las normativas marcan unos estándares concretos que deben cumplirse para llevar a cabo una operación. De esta manera, los equipos de compliance simplemente tienen que supervisar sin miedo a sanciones o a que se cometan actividades ilícitas a través de los productos y servicios que ofrece la empresa.
Otros términos relacionados con el área son el due diligence o diligencia debida y el Know Your Business (KYB). Estos procedimientos bien conocidos por los responsables legales en muchas empresas utilizan tecnologías propias del Legal Tech para ser más ágiles, fiables y en algunos casos hasta completamente automatizados.
Cuando hablamos de LegalTech hay una tecnología estrella que viene siempre a la mente: la firma electrónica. Este método de firma de documentos y confirmación de la identidad ha posibilitado construir la base sobre la que cualquier despacho de abogados digitalizado debe operar.
Desde la gestión documental y la custodia bajo los estándares más exigentes a nivel técnico, legal y de seguridad hasta el devenir de un proceso de negociación de principio a fin pueden realizarse de forma completamente remota y digitalizada. Hoy en día, podemos decir sin pillarnos los dedos que un profesional del derecho o despacho de abogados no es competitivo y eficaz si no cuenta con una herramienta de este tipo.
Operar de forma completamente remota no hace ni más frío ni distante el trato con el cliente. La llamada telefónica o videollamada puede producirse igualmente aunque la firma de la documentación, la otorgación de poderes notariales o cualquier otra gestión se realice de forma online. Esto es algo que los clientes no sólo agradecen sino que ya están demandando y hace que tomen la decisión de contar con un asesor jurídico u otro.
Teniendo esto en cuenta, el LegalTech no sólo ha desarrollado sistemas de firma electrónica sino plataformas completas de identificación digital y verificación de la identidad en remoto para contar con un respaldo absoluto.
Como bien sabemos, la identificación y autenticación conforme a las normas que marcan las leyes tanto nacionales como supranacionales (Internacionales, UE…) es decisiva, así como recabar toda la evidencia posible de cara a un litigio. Por lo tanto, el futuro del LegalTech sólo es posible si las soluciones ofrecidas se enmarcan dentro de las mejores tecnologías de identidad digital.